24/5/08


EL último libro que me compré de Heidegger es "¿Qué es metafísica?" Confirmo a cada momento las ganas de este muchacho de jugar con las palabras. Bien conocidas son las palabras intraducibles. No porque no exista traducción (aunque a veces verdaderamente no exista), sino más bien porque los idiomas tienen significados, a menudo, diferentes. El Dasein alemán no es existencia castellana. Ni tampoco encuentra la plena significación en el vocablo "ser-ahi", "ser-en-el-mundo". De igual manera la palabra óntico, ya que solamente encuentra significado en las obras de Martin. Cuando dijeron que Heidegger es más creador pero Sartre más literato, no se equivocaron. Animarse al acceso de Sein und Zeit (Ser y tiempo), es adentrarse a una espesura incalculable. Un libro apretádisimo. También es apretado "El ser y la nada", pero el acceso del lector extraño a Sartre es menos dolorosa.
El otro día le presté a una amiga las conferencias sobre el pensar de Heidegger, "¿Qué significa pensar?". Días después me lo devolvió declarando que se quedó pensando la diferencia entre lo grave y lo gravísimo. Una de dos, o cambio de amigas, o cambio de lectura.
No prestar a Heidegger es una opción valedera.

2 comentarios:

Marcos dijo...

No te preocupes. Al prestar el libro a una minita vos estás cumpliendo con tu "deber ser".
En una de esas, la señorita en cuestión lo entiende.

FERNANDO Marasso dijo...

Igual, querido Marcos, todos sabemos que mi interés en prestar libros no es, como se podría pensar, un interés en hacer universal el pensamiento filosófico. Es, más bien, levantarme minas cuando me traen el libro.