20/4/10

La aceptación de uno mismo es la esencia del problema moral y el epítome de cualquier

comprensión global de la vida. Dar de comer a los hambrientos, perdonar los agravios y

amar a nuestros enemigos en nombre de Cristo son, sin duda, grandes virtudes. Lo que hago

al último de mis hermanos se lo hago también a Cristo. Pero ¿qué sucede cuando descubro

que el más insignificante de todos ellos, el más miserable de los mendigos, el más procaz de

los pecadores, el verdadero enemigo, se hallan en mi interior y que soy yo mismo quien

necesita de la limosna de mi propia amistad, que yo soy el enemigo que debe ser amado?

C. G. Jung, Modern Man in Search of a Soul, (Londres: Harcourt Brace Jovanovich, 1955), pp. 271-2.


22/3/10

Líbrame, Señor, de la noche tristísima
cuando no hay ni poesía
Escucha mi terrible canto, DIos de los amores
sácame de los vacíos

Escucha las plegarias nocturnas, no duermas
no escondas tu rostro bello
Sálvanos de la oscuridad de lo innoble

8/3/10

"Tenue en la oscuridad
todo el parque es luna,
luna de arena.
Más precioso fue aquel roce
de tu boca en mi boca.

Bajo la luna,
el hombre de papel y sombra
miró esos ojos tímidos.
No sabe que al alba, su alma...
ha musitado tu nombre.

Sólo existe un lugar
en donde el pasado y el presente
se entrecruzan.
Ese lugar es el futuro
donde nuestras esperanzas
se buscan."

Matías Quiroga, Profesor de Letras, San Salvador de Jujuy